¿Qué es la Depresión?

La mayoría de los sentimientos de depresión son reacciones a un hecho infeliz. Es natural tener algunos sentimientos de tristeza después de una pérdida importante, como la muerte de un familiar o un amigo, o después de una gran desilusión en el hogar o en el trabajo; sin embargo, no es normal que éstos sentimientos permanezcan o se acrecienten a pesar del paso del tiempo.

 

El trastorno depresivo es una enfermedad que afecta el organismo (cerebro), el ánimo, la manera de pensar, la forma en que uno come y duerme, e incluso cómo uno se valora a sí mismo (autoestima). Un trastorno depresivo no es lo mismo que un estado pasajero de tristeza. No es una condición de la cual uno puede liberarse a voluntad. Sin tratamiento, los síntomas pueden durar semanas, meses e incluso años. Sin embargo, la mayoría de las personas que padecen de depresión pueden mejorar con un tratamiento adecuado.

 

De acuerdo con estudios de expertos en el tema, la depresión produce alteraciones en cuatro dimensiones:

 

1.- Humor Depresivo: En el estado de ánimo depresivo sobresale inicialmente el pesimismo o amargura, la desesperanza, la tristeza, el hastío de la vida o la falta de placer, las preocupaciones morales o económicas, la hipocondría, las cefaleas, la opresión precordial (sensación de opresión en el pecho, cerca del corazón) y distintas sensaciones de malestar corporal.

 

2.- Anergia o Vaciamiento de Impulsos: Suele aparecer con mucha frecuencia el aburrimiento o la apatía (falta de ganas), las cavilaciones obsesivas que llevan a la indecisión, la disminución de la actividad habitual en trabajos o diversiones, la abstemia o dinamia (fatiga corporal), y el apagamiento de la líbido o deseo sexual.

 

3.- Dificultades en la Comunicación: Los rasgos mas frecuentes son la aflicción por cualquier cosa, el retraimiento social, la sensación de soledad, el aislamiento, la irritabilidad, el abandono de los pasatiempos habituales (lecturas, radio o televisión) y el descuido en el arreglo personal y/o el vestuario.

 

4.- Ritmopatía o Desregulación de los Ritmos Vitales (sueño-vigilia y alimentación): Suele sobresalir inicialmente la hiposomnia precoz, media o tardía, con empeoramiento por las mañanas, la pérdida de apetito y de peso, además de la inestabilidad del estado subjetivo y objetivo a lo largo del día (oscilación circadiana) de la sintomatología. Se calcula que el 50 % de las fases depresivas comienzan con un trastorno del sueño. (Fuente: La Depresión y su Diagnóstico Alonso Fernández, Editorial Labor, Año1988). Cuando una persona joven, adulta o anciana (en niños es diferente) muestre por lo menos 3 o 4 elementos de este conjunto, sobre todo si éstos pertenecen a la misma dimensión y se mantienen por un mínimo de 2 semanas, es preciso pensar seriamente en consultar a un especialista, pues es muy probable que se esté iniciando una depresión.

 

 

¿Cuáles son los Síntomas de la Depresión?

 

  • Estado de ánimo triste, ansioso o "sensación de vacío" en forma persistente, que perdura por más de dos semanas. Es importante destacar que en niños y adolescentes el humor tiene más probabilidades de ser irritable (ver depresión infantil).
  • Sentimientos de inutilidad, desesperanza y pesimismo.
  • Sentimientos de culpa, inutilidad, desamparo y abandono. También puede haber sentimientos de rabia, desaliento, impotencia e irritabilidad.
  • Pérdida de interés o placer en pasatiempos y actividades que antes se disfrutaban, incluyendo la actividad sexual. - Inquietud, irritabilidad.
  • Disminución de la energía, fatiga, agotamiento, sensación de estar "en cámara lenta".
  • Dificultad para concentrarse, recordar y tomar decisiones.
  • Síntomas físicos persistentes que no responden al tratamiento médico, como dolores de cabeza, trastornos digestivos y otros dolores crónicos.
  • Insomnio, despertarse más temprano o dormir más de la cuenta (hipersomnia).
  • Pérdida de peso, apetito o ambos, o por el contrario, comer más de la cuenta y aumento de peso.
  • Pensamientos de muerte o suicidio.
  • Intentos de suicidio.

 

Evaluación Diagnóstica

El primer paso para recibir un tratamiento adecuado para la depresión consiste en un examen médico. Ciertos medicamentos, así como algunas enfermedades, por ejemplo infecciones virales o trastornos hormonales (hipotiroidismo por ejemplo), pueden producir los mismos síntomas que la depresión. El médico debe descartar esas posibilidades por medio de un examen físico, entrevista con el paciente y análisis de laboratorio. Si las causas físicas son descartadas, el médico debe realizar una evaluación psicológica y dirigir a el paciente a un psiquiatra o psicólogo, según la gravedad de su cuadro.

Una buena evaluación diagnóstica debe incluir una historia médica completa. Son preguntas que deben ser incluidas: ¿Cuándo comenzaron los síntomas?, ¿Cuánto han durado?, ¿Qué tan serios son?. Si el paciente los ha tenido antes, el médico debe averiguar si los síntomas fueron tratados y qué tratamiento se dio. El médico también debe preguntar acerca del uso de alcohol y drogas, y si el paciente tiene pensamientos de muerte o suicidio. Además, la entrevista debe incluir preguntas sobre otros miembros de la familia: ¿Algún pariente ha tenido depresión y si fue tratado, qué tratamientos recibió y cuáles fueron efectivos? Por último, una evaluación diagnóstica debe incluir un examen del estado mental para determinar si los patrones de habla, pensamiento o memoria se han afectado, como pasa algunas veces en el caso de la enfermedad depresiva y la enfermedad maníaco-depresiva o trastorno bipolar.